Diálogo.
Después de tomar su baño y luego la cena, Natalia hizo sus oraciones y se acostó en la cama, casi a punto de dormir le preguntó a Tato:
- Tato, ¿Por qué existimos?
- mmm, ¿a qué se debe la pregunta? Yo sólo soy un león de peluche, ¿qué te puedo contestar sobre eso?
Natalia abrió completamente sus ojos al escuchar la respuesta y miró pensativa en el techo de su recamara las estrellas dibujadas con pintura fluorescente que emulaban un cielo estrellado. A su escasa edad, tenía mucha iniciativa para preguntar sobre dudas metafísicas a su amigo de peluche. Natalia planteó algo en lo que estaba meditando comentó:
- Yo existo porque pienso que existo, y tú existes porque yo pienso que tú existes.
- Sí no pensaras en mi existencia no podría estar platicando contigo. - Respondió sereno el peluche.
- Pero. ¿Qué tal si yo no pienso que existo?- insistió Natalia.
- Mientras pienses sabrás que existes porque tu relación con la realidad es innata al pensamiento.-
- Y ¿Si pienso que tú no existes?
- Quizá algún día tu pensamiento no aceptará que existo, pero en tus recuerdos encontraras elementos de mi existencia.
- ¡Ah, bueno!, eso me deja más tranquila, no podía dormir por el hecho de creer que si no pensaba en ti no existirías. Buenas noches Tato.
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